jueves, 21 de mayo de 2015

Yoanismo sin Yoani: “Los programas democráticos seguirán”



Por Iroel Sánchez - Reblogueado desde La pupila insomne -

Cuando los patrocinadores de Yoani Sánchez decidieron lanzar el “periódico” 14 y medio -que ya cumple un año- no es el algoritmo lo que falló: sacar a alguien de Cuba, prepararlo, asignarle un financiamiento no proveniente directamente del gobierno de EE.UU., declarar transparencia en el origen y uso del dinero y proclamar preocupación por asuntos ciudadanos como el derecho a la información y los problemas de la comunidad insuficientemente atendidos por instituciones gubernamentales, organizaciones de masas y la prensa cubana.


Tampoco se equivocaron en utilizar internet como plataforma del nuevo espacio. Previeron el incremento del acceso de los cubanos al red de redes, objetivo recientemente declarado por el gobierno cubano y apoyado por Washington, que ha anunciado dejará de ser un obstáculo para la conectividad de la Isla.

El error fue la persona escogida, con un pasado de vínculos con la desacreditada contrarrevolución tradicional, y la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, documentados por Wikileaks, y desconectada de la academia y los periodistas cubanos. Otros proyectos como “ El Barrio en vivo”,  -revelado por el periodista Tracey Eaton en su blog Along the malecon– resolvían lo primero pero carecían de lo segundo.

Un cable de la agencia Reuters, anuncia la forma de las cosas que vendrán, o mejor dicho, ya vienen, para hacer florecer -con los necesarios ajustes- el yoanismo sin Yoani ante el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y el reclamo del gobierno cubano de que la actividad diplomática de Washington en la Isla se atenga a lo establecido por el Convenio de Viena:

EEUU señala que podría modificar sus programas pro democracia en Cuba

Por Lesley Wroughton

WASHINGTON, 19 mayo (Reuters) – Un alto funcionario estadounidense dijo el martes que su Gobierno podría modificar programas pro democracia en Cuba que ese país desaprueba, lo que removería uno de los mayores obstáculos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.

El alto funcionario del Departamento de Estado dijo a periodistas, antes de conversaciones con representantes de Cuba el jueves, que ambas partes han acercado posiciones para la reapertura de embajadas tras el anuncio en diciembre de un proceso para restablecer lazos cortados durante la Guerra Fría.

“Los programas democráticos (…) han cambiado con el tiempo y seguirán haciéndolo para reflejar una realidad, ya sea una realidad en el terreno en Cuba o en Estados Unidos”, dijo el funcionario en una conferencia telefónica, a condición de anonimato según reglas del Departamento de Estado.

Cuba se ha opuesto desde hace mucho tiempo a los programas pro democracia, que incluyen cursos básicos de periodismo y de tecnologías de la información en la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana.

Estados Unidos considera que los cursos son parte normal de sus funciones diplomáticas, pero el presidente de Cuba, Raúl Castro, dijo la semana pasada que son entrenamiento “ilegal” para opositores a su Gobierno.

El funcionario dijo, sin embargo, que Estados Unidos no detendrá los programas porque es la manera más directa de apoyar al ciudadano cubano común.

“Tenemos que ser cuidadosos y no pensar que esos programas son estáticos y separados de los cambios de ambiente en los que se desarrollan”, dijo el funcionario.

Las conversaciones del jueves en Washington son las cuartas desde que los presidentes Barack Obama y Castro acordaron restaurar las relaciones diplomáticas el 17 de diciembre, y se enfocarán en convertir las llamadas secciones de intereses en Washington y La Habana en embajadas. Cuba dijo el lunes que estaba lista para avanzar y que no ve obstáculos.

El funcionario del Departamento de Estado estuvo de acuerdo.

 “Soy bastante optimista de que podemos llegar a un acuerdo que satisfaga nuestros requerimientos”, dijo el funcionario.

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el 24 de diciembre de 2014 -exactamente una semana después de los acuerdos del 17D entre los gobiernos de Cuba y EE.UU.- que estaba buscando organizaciones estadounidenses o basadas en el extranjero interesadas en programas que “promuevan los derechos civiles, políticos y laborales en Cuba” para adjudicarles hasta $ 11 millones en subvenciones que van desde $ 500.000 a $ 2 millones cada una, declarando que daría prioridad a las propuestas que “hagan hincapié en el papel de los interlocutores cubanos en el desarrollo y el logro de los objetivos programáticos.” Las actividades a financiar abarcan “capacitaciones, becas de corta duración, o de compromiso”, no en la misión diplomática de EE.UU. en La Habana sino en otros países, incluyendo EE.UU .

El 18 de noviembre, un mes antes del 17D, escribí:

¿Qué puede pasar ahora? 

“Dos cosas. Incluso si el presidente Barack Obama no utilizara en el corto plazo sus prerrogativas -que las tiene- para comenzar a avanzar en la normalización con Cuba -amplia licencia para viajes de ciudadanos estadounideses, canje de prisioneros, retirar a la Isla de la lista de países terroristas, por ejemplo- los sectores que se oponen al cambio -especialmente la llamada extrema derecha cubanoamericana- empleará todas sus artes para provocar un incidente que atore el proceso. Ya lo hicieron en el pasado cada vez que se vio en el horizonte cualquier posibilidad de acercamiento y ahora mismo deben andar desesperados buscando una provocación.

“En paralelo, veremos el incremento de las acciones para lo que The [New York Times] llama  “influir de manera positiva en la evolución de Cuba” con el consiguiente florecimiento -ya en parte apreciable y financiado desde terceros países aliados a EE.UU-. de proyectos para lo que el quinto editorial del periódico neoyorquino describe como  “mecanismos para empoderar al cubano común y corriente, expandiendo oportunidades de estudios en el exterior, organizando más enlaces profesionales, e invirtiendo en las nuevas microempresas en la isla”. Un desafío que es parte de ese acercamiento que Cuba jamás rechazará pero cuyo objetivo tampoco se debe desconocer.”

Parece ser que por ahí vamos. Provocaciones no han faltado ( “Performance” en la Plaza de la Revolución, sucesos del parque Porras en Panamá) y “mecanismos” parece ser que tampoco.

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